sábado, 28 de diciembre de 2013

Esperando un milagro

Nací una noche de Abril de 1989 y aunque muchos dicen que en el fondo nada ha cambiado desde entonces, yo me considero todavía joven para saber si llevan razón o no. Por suerte, no tengo muchos recuerdos de Felipe González por la TV, si recuerdo que había un señor bajito, que llevaba bigote y tenia una voz como de pito que siempre gritaba: váyase Sr. González. Al final no se si de tanto repetirlo ese señor llego a presidente. Supuestamente Aznar recibió un país un tanto "westernizado" y en lo que a datos económicos se refiere, la película termino bien en su primera legislatura y aun mejor en la siguiente. No puedo entrar a juzgar si aquel veloz crecimiento de la economía española tuvo algo que ver en esta casi defunción de la misma (léase por ejemplo el boom inmobiliario). Lo que tampoco puedo recordar con exactitud es como fueron los primeros años del cambio para la gente, si se les hicieron pesados o no.

Ayer me preguntaba una señora al ver la comparecencia de Rajoy cuántos años le quedaban todavía de legislatura. Le dije que eran los mismos que lleva de presidente, lo cual me hizo ver que toda esta situación se nos esta haciendo pesada anímicamente, nos lo recuerdan a todas horas y ya no solo en la prensa, sino en la calle, a la hora de pagar o en el mismo plato de la mesa. 

Viendo la comparecencia, en riguroso diferido, no dudé que el mayor propósito de Mariano estaba en mejorar el desaguisado económico, pero al mismo tiempo una voz como de alarma me decía que si la economía empezaba a mejorar, la gente quizás también empezaría a olvidar cómo habíamos llegado hasta aquí, o quienes eran Barcenas, Candido o el mismísimo Artur I y entonces volveríamos a caer en el mismo error que Bill Murray en el día de la marmota.


Echando la vista atrás unos añorarán cualquier tiempo pasado en forma de belle-époque, otros como Julio, pensarán que en el fondo la vida sigue igual. Mientras tanto, yo estoy esperando un milagro para tomar una decisión.